Someone else's eyes

El día estaba totalmente despejado, el sol resplandecía -extrañamente- de una forma más bonita que los días anteriores, el aire era frío y el viento muy veloz. Yo andaba abrigado.

Mientras caminaba por la calle, sonó mi celular, así que me detuve y contesté. Estuve hablando un par de minutos, y en eso que hablaba miraba para todos lados, hasta que vi una niña que estaba en la vereda del frente. Tenía un celular en la mano, estaba parada y me miraba fijamente, pero a la vez disimulaba. Yo no disimulé para nada, porque me llamó mucho la atención y cuando se dio cuenta que yo también la observaba, empezó a caminar y yo también.


Ella seguía con el celular en la mano, caminando súper rápido, mientras que yo iba media cuadra atrás de ella. Cuando vio que yo la seguía se detuvo y yo me asusté.
Llegué hasta ella y muy amistosamente le dije: "hola", ella me respondió con lo mismo y me preguntó cómo me llamaba, le dije que mi nombre era César y le pregunté el suyo. Ella se llamaba Martina.

La Martina nació en Concepción, pero vive en Santiago. Andaba de paso en la casa de sus papás, porque su hermana estaba de cumpleaños y el domingo iban a hacer un asado.
Me preguntó lo que estudiaba y le dije que psicología, le devolví la pregunta, a lo cuál respondió: Ingeniería comercial.
Con el paso de las cuadras ella me dijo que me notaba un poco triste, deprimido, un poco angustiado. Eso fue raro, porque yo no andaba con cara de pena ni nada por el estilo, pero de todas formas le dije que sí, que normalmente soy una persona bastante depresiva. Eso fue lo que gatilló una larga conversación.


Pasamos a un negocio y ella se compró unos Lucky Strike. Yo tenía ganas de un centella, así que me compré uno y a ella también.

Nos fuimos a sentar a una plaza que había cerca y nos pusimos a conversar o bueno, en realidad ella me empezó a hablar sobre una "tristeza" que tuvo hace unos años atrás y que depresión era poco para calificarla. Su historia me dejó un poco helado, habían hartas cosas que ella sintió y que yo suelo sentir, como también habían algunas que creo y espero que jamás sentiré.
Después de relatarme su "tristeza", me empezó a hablar de cómo se dio cuenta que estaba mal y de lo que se propuso para salir adelante. Me dio un par de consejos y dijo que tenía que irse. Le pregunté a dónde iba y me nombró una esquina y sí podía acompañarla hasta ahí. Eso hice.

Al momento de despedirnos me dio un abrazo y un beso en la mejilla (tenía muy rico aroma), me dijo que había sido más que un placer conocerme y que quizás algún día nos volvamos a encontrar. Tomó un colectivo y se fue.

4 comentarios:

Leo dijo...

Eso de hablarle a los extraños en la calle se da cada vez menos. Y cada vez más parece de serie de TV o de novela thriller.
Ojalá hayas aprendido de ella lo que trató de enseñarte. Ojalá haya sido de verdad ella, no un fantasma o una alucinación tuya por el flúor en el agua potable.

Era linda?

Alison dijo...

césar esa historia es real? haha es que te juro que es muy de pelicula/serie o será que veo muchas peliculas y series? en fin, lo que importa es que fue bacán y que yo no puedo creer que eso haya sucedido en Chile hahaha!

:*

tween dijo...

jajajaja una de las mejores cosas o no??...ojalá pasra más seguido...y me gusta como la cuentas ás en persona, tiene más feeling 1313. xd
hööla (tono olivia) tengo tus llaves xP

Mauro_ dijo...

Hay que linda historia :)
Es como de serie gringa.